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Varios
grupos étnicos de Argentina, antes de tener contacto con la cultura europea,
tocaban el arco musical. En la Patagonia las culturas Mapuche y Tehuelche
usaban dos modelos: uno formado por dos arcos enlazados, y otro por un
arco sonoro y un frotador de hueso. Los pueblos de la región chaqueña:
Wichis, Chorotes , Chulupies y Pilagás, poseen o poseían similares instrumentos.
También los hubo entre la comunidad Charrúa de la región mesopotámica
y en la República Oriental del Uruguay. Técnicamente: arco musical de
boca ( se usa la cavidad bucal para amplificar y modular el sonido).Quizás
por poseer estos instrumentos tradicionales, es que algunos pueblos aborígenes,
incorporaron a su patrimonio organológico, instrumentos de cuerda frotada
de origen europeo, una vez que los conocieron. La adopción ocurrió hace
unos cuatro siglos atrás; con la llegada de misioneros Jesuitas y Franciscanos
que traían esos instrumentos. En algunos casos, los instrumentos que encontramos
en manos aborígenes, son una copia similar a sus originales europeos;
como el rabel de la comunidad Mbïá (Guaraníes) zona ocupada por Jesuitas,
y el violín de los Chirihuano, zona dónde el Franciscano Francisco Solano
tocaba el violín en su misión.
En
otros casos encontramos instrumentos como el n'biké, de las comunidades
Toba y Pilagá de la región chaqueña, dónde se puede deducir una elaboración
del arco musical, que lo "aproxima" al rabel europeo. (esta
supuesta elaboración es sostenida por nosotros y por la musicóloga Lic.
Irma Ruiz)
EL
N'BIKÉ
Es
un cordófono de frotación de una sola cuerda usado en la región chaqueña.
Los
modelos que hemos visto y tocado están realizados con un envase de hojalata
y un mango de madera. Los músicos indígenas que nos han informado, nos
cuentan que originalmente se lo construía con una calabaza hueca y un
mango de madera de yuchán(palo borracho, árbol de la zona). También
fueron documentados ejemplares construidos en una pieza de madera ahuecada,
lo que "aproxima" al n'biké al rabel europeo. La diferencia
principal, radica en que el mango atraviesa por completo a la caja de
resonancia ( ya sea de calabaza u hojalata) y la cuerda se tensa entre
el extremo que asoma por la pared que se apoya en el pecho y la única
clavija situada en el extremo opuesto. Esa característica lo "acerca"
al arco musical, el cordófono primigenio: una cuerda tensada entre los
extremos de una pieza de madera. Otra diferencia importante entre rabel
y n'biké es que la distancia que guarda la cuerda con el mástil que corre
paralelo a ella es muy grande. No es posible "pisar" la cuerda
haciéndola tocar el "diapasón"; sólo se apoyan los dedos en
la propia cuerda, algunos intérpretes lo hacen "al revés": apoyando
el lomo de las uñas de abajo hacia arriba. Esa manera de tocar vuelve
a "acercar" al n'biké al arco musical que al comienzo consignáramos.
El
n'biké se toca con un arco curvo entre la comunidad Toba y un arco recto
entre la comunidad Pilagá. Tanto el arco como la cuerda del instrumento
están constituídas por un haz de crines de cola de caballo. Los modelos
construidos con un envase de hojalata son pasados previamente por el fuego.
Esa práctica ,nos informan, sirve para eliminar la pintura , ya que ésta
oficiaría de apagador sonoro en un instrumento de sonido ténue e intimista.
Suelen practicárseles unos orificios en la pared-tapa, a manera de oídos.
Muchas veces se usa un envase al que le falta uno de sus lados . Esa enorme
abertura se la ubica hacia el extremo distal y funciona como boca de
proyección sonora.
El
repertorio del n'biké es de carácter alegre, el intérprete suele cantar
en simultaneidad o alternándose con el toque. Es instrumento tocado por
varones; se lo considera efectivo para la seducción amorosa.
Hay
una serie enorme de melodías basadas en sonidos de la naturaleza: el mosquito,
el viento, el canto de diversas aves etc...
Atendiendo
el carácter netamente indígena de esas piezas, dónde no se percibe influencia
occidental; podríamos afirmar que el n'biké es un desarrollo técnico del
antiguo arco musical con una importante influencia del rabel europeo.
EL
RABEL MBÏÁ
La
comunidad Mbïá es un grupo humano de origen Guaraní , que habita en la
actual provincia de Misiones, Argentina.
A
esa zona llegaron los Jesuitas en el 1600. Traían consigo, para complementar
su tarea, instrumentos musicales: arpas, flautas traveseras, violines.
Es posible que hayan sido rabeles en lugar o además de violines, ya que
en 1767, cuando fueron expulsados los Jesuitas de América (por cuestiones
políticas de la época) se inventariaron treinta y dos rabeles en las misiones
del Paraná.(los religiosos debieron marcharse dejando sus bienes).
No
han quedado "herederos" importantes de las flautas jesuíticas;
si ha quedado el arpa como instrumento típico de la región, y en una medida
menor : el rabel.
El
rabé o labé , sólo es tocado por algunos aborígenes Mbïá. No se incorporó
como el arpa a la sociedad criollo-mestiza. Posee tres cuerdas, cuerpo
y mango en una pieza, tapa adosada y perforada por orificios como oídos.
Un puente alto y arco curvo. (ver foto 3). Es de ejecución masculina,
se tocan danzas acompañadas por un bastón de ritmo que percute el suelo
y una guitarra de cinco cuerdas que se toca de una manera no occidental,
técnica creada por la etnia Mbïá.
Fuentes:
- Trabajos impresos
en diversas publicaciones del Instituto Nacional de Musicología "Carlos
Vega", realizados por los musicólogos: Lic. Irma Ruiz, Prof. Jorge
Novati, Lic. Rubén Pérez Bugallo, Lic. Héctor Goyena y otros.
- Trabajos propios
sobre el n'biké, realizados en la comunidad Toba (Qom) de Pte. Derqui,
Provincia de Buenos Aires; con informantes y músicos aborígenes.
Prof.
Milton Blanco
maue02@yahoo.com.ar
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REFERENCIAS DE LAS FOTOS.-
FOTO 1.- Cacique de
la comunidad Toba de Pampa del Indio, Provincia del Chaco , Argentina,
con su n'biké. (Autor: Fundación Artistas Solidarios)
FOTO 2 .-Indígena
Pilagá ejecutando el n'biké. Campo del Cielo. Prov. De Formosa,
Argentina.1969. (Autor: Jorge Novati)
FOTO 3.- Jóven
Mbïá tocando un rabel de su propia fabricación. Colonia
Gob. Lanusse, Prov. De Misiones ,Argentina,1973. (Autor: Irma Ruiz)
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