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Según
Curt Sachs, y atendiendo a la forma en que se produce el sonido, el rabel
se clasifica como: un Cordófono frotado con arco. Es decir que
el sonido se produce por fricción de unas cuerdas mediante cerdas tensas
sobre un arco. Al igual que el violín y otros tipos de viola. Hemos de
acudir a clasificaciones más complejas como la que tiene en cuenta la
condición
social del Instrumentistay su entorno de uso, Desde un punto de vista
etnológico, podemos definir como rabel al instrumento cordófono
frotado con arco empleado en ámbitos rurales, especialmente por pastores,
y urbanos por estratos sociales bajos y con un uso no profesional.
A diferencia de instrumentos dulzaina o gaita que se contrataban para
fiestas y bailes. Con todo, cualquier clasificación se queda escasa.
Es
evidente que la palabra Rabel tiene el mismo origen que los nombres Arabes
Rabab, Rebeb o Rebec, que aun designan a instrumentos el mismo género
en el norte de África y Oriente Medio, pero hay quien la relaciona con
los términos Fidel, Fídula, Viela o viola y violín, aunque se aplican
mas a instrumentos cortesanos, palabra de origen caucásico; fandir
o feandir que en Europa se transforma en fidle o fidula y de aquí
viola o viela. Como es natural, términos semejantes aparecen en las citas
de la edad Media, algunas se conservan hasta hoy: rebé, rabe, rebeca o
rabeba. En algunos lugares como en Avila o Toledo se lo conoce como arrabel,
homónimo a otro instrumento totalmente distinto que consiste en una ristra
de huesos o palos unidos por cuerdas y que se raspan con una castañuela.
También se le conoce como bandurria en lugares de Cantabria y Asturias,
fruto de una curiosa metonimia, es decir 'confusión' por referirse a instrumentos
de semejante forma y porque quizás, en otro tiempo, el uso del arco era
opcional, pudiendo tocarse con él o bien punteando con los dedos o plectro,
así lo cree Curt Sachs, musicólogo y una de las máximas autoridades en
la materia. De hecho, hasta el siglo XVIII encontramos en los diccionarios
como definición de bandurria: Un instrumento pequeño parecido
al rabel de una sola pieza de madera ahuecada, con tapa de piel tres cuerdas,
Así en el Diccionario de Cobarrubias de 1616 o el de la Real Academia
de 1737. Al igual que Juan Bermudo en su tratado de Instrumentos
musicales de 1515, donde da una descripción de la bandurria de tres
cuerdas y la forma de afinarse. Más arcaico es el término GIGA,
aunque por los entornos en que aparece creo que se refiere a instrumentos
de ámbito palaciego y no pastoril.
Anotar
que también se denominan Rabel a otros instrumentos de arco más
sencillo, como una especie de arco sobre el que se tensa una cuerda
mediante la introducción de una vejiga de cerdo hinchada, muy popular
en zonas de Castilla, Madrid y Guadalajara. O a un trozo de caña de
maíz de la que se separan una o dos fibras y se tensan con unos puentecillos,
el arco es otro trozo de caña con una fibra igualmente tensa. En ambos
casos no pasan de ser juguetes infantiles.
No
hay citas ni referencias sobre instrumentos de arco en la antigüedad clásica,
ni en Egipto ni Grecia ni Roma, ni siquiera en Mesopotamia, aunque si
se conocen laudes pulsados. Lo que refuerza la idea de que la forma de
tocar el instrumento es posterior a la aparición de instrumentos de cuerda
tipo laúd. Parece probable que los primeros instrumentos de arco aparecen
en la zona asiática de Persia, las primeras referencias se encuentran
en esta zona en el siglo IX, también en éste siglo y en el X
se citan en China y Oriente, atribuyendo su origen
a los ‘Mongoles’ y a los ‘Bárbaros del Oeste’. En Europa
se comienza a tener noticias también en el siglo X. Por lo que deducimos
que su difusión fue muy rápida, debido a la expansión del Imperio musulmán
en ambos sentidos, Oriente y Occidente.
Él primer Instrumento de arco que se conoce es el Kemanja,
de origen curdo, con una caja pequeña y un mástil largo ensartándola
mediante una barra que se apoyaba en el suelo. Muy semejante a los que
aún se usan. En el norte de África, se tocaba, sentado y en posición vertical.
La cultura musulmana, muy relacionada con la Persa, llevó consigo éstos
instrumentos por sus zonas de expansión, Se extendió por el norte de
África, llegando a la Península Ibérica, en donde encontramos las referencias
más antiguas a instrumentos de arco, sobre los siglos X y XI, tocados
en las cortes de reinos musulmanes y más parecidos a los kemanje que a
nuestros rabeles. Es de suponer que existiría su equivalente popular,
bien por importación o por imitación de las clases nobles. Igualmente
se extiende por la Europa mediterránea, Turquía y el Bizancio, aún perviven
en Bulgaria, Rumania Grecia y Yugoslavia e Italia (especialmente en la
zona de Calabria) instrumentos semejantes al rabel como liras o guzlas,
conservando la posición vertical para ser tañido. De aquí pudo pasar a
la Europa, Occidental sufriendo distintas transformaciones entre ellas
la de pasar de ser tocado horizontalmente sobre el hombro. Este cambio
puede ser atribuido a la diferencia existente entre Oriente y Occidente
en la aplicación de la fuerza a la hora de realizar un trabajo, por ejemplo,
al serrar o cepillar madera, en oriente el golpe de fuerza se hace trayendo
el brazo hacia dentro, en occidente empujando hacia a fuera. También se
extiende éste instrumento por África subsahariana en especial la de influencia
política y comercial Musulmana: La costa Este hasta Sudáfrica, aún hoy
podemos encontrar instrumentos de arco en Malí, Etiopía o Sudáfrica.
En
España partir del siglo XI se comienza a representar un instrumento noble,
pequeño y de cajacurvada llamado rebeb, De caja curva y ahuecada
lo encontramos con gran profusión
en canecillos románicos, ilustraciones de códices etc. Parece pues que
alcanzó gran popularidad, quizás por su pequeño tamaño y manejabilidad,
probablemente en su versión popular esté el origen de nuestros actuales
rabeles, aunque quizás no de todos, pues hay quien opina que la forma
de 8, propia de algunos lugares como Campoo o Asturias tiene que ver con
ciertas violas de caja plana que con el rebec. Lo cierto es que éstos
rabeles y todos sus parientes se convirtieron en uno de los instrumentos
más empleado de la Edad media, Múltiples citas y representaciones de instrumentos
de arco podemos encontrar en canecillos y capiteles de Iglesias
románicas y góticas. Se citan en el Libro de Aleixandre, el
Arcipreste de Hita y como no, las ilustraciones de las cantigas
de Alfonso X, de la segunda mitad del siglo XIII en donde se representan
varios modelos de diferentes tamaños tocados tanto vertical como horizontal.
A
partir del siglo XIV los instrumentos ‘cultos’ de arco, al igual que la
música instrumental, comienzan a evolucionar y complicarse, separándose
de sus parientes ‘pobres’ cuyos medios no son capaces de seguir la misma
línea, ni tienen necesidad de ello debido a sus menores exigencias musicales.
Aparecen las violas del renacimiento que posteriormente dará lugar sobre
1555, a los violines y violas alcanzando su máximo esplendor con los
instrumentos de la escuela cremonense y otros que definen su forma y calidad
actual.
Mientras
tanto los rabeles sencillos y rústicos quedan en manos de las clases populares,
especialmente de los pastores. Sobre los siglos XV y XVI se le
asocia éste gremio, que comienza a tener gran fuerza debido a que la producción
de lana de oveja merina se convierte en la mayor fuente de ingresos de
Castilla. Se Organiza la Mesta, especie de Gran Patronal que controla
su explotación y
se trazan las cañadas Reales, veredas y cordeles que cruzan la Península
de Sur a Norte por las que se desplazan continuamente los pastores acompañando
a los rebaños a los pastos de invierno y verano, evidentemente, se llevaban
sus rabeles consigo y se relacionan con diversos grupos procedentes de
otros lugares geográficos. Lo que facilito grandemente el intercambio
cultural entre zonas, en ocasiones muy alejadas. Debió de ser la época
de mayor esplendor del rabel, pues eran muchas las personas ocupadas en
el pastoreo. En ella y siglos posteriores se cita mucho al rabel asociándolo
a lo bucólico de dicha profesión. En el siglo XVIII decae la industria
de la lana, pero el rabel sigue empleándose como instrumento principal
en ambientes rurales.
He
citado el uso del rabel en centros Urbanos, quizás sea la faceta menos
conocida de éste instrumento pues la visión 'decimonónica' imperante sobre
el mundo del folclore lo asocia exclusivamente a los ámbitos rurales,
sin embargo no debemos de olvidar que las ciudades no eran lo que son
hoy, si no el centro 'neurálgico' de las comarcas rurales y en sus plazas
y tabernas se desarrollaban las actividades lúdicas, además sus habitantes,
aunque de ciudad estaban muy estrechamente relacionados con el campo,
siendo éste su origen. No es de extrañar, pues, que también aquí se tocase
el rabel, aunque llegó a tener tan mala consideración social que en un
momento dado, su uso fue prohibido fuera de locales de baja categoría,
burdeles, tabernas etc.
En
el XIX comienza un cierto declive pues aparecen otros instrumentos que
lo desplazan, entre ellos la guitarra, con mas posibilidades melódicas,
o el acordeón, en muchos casos se sustituye por el violín, ya más asequible,
especialmente en celebraciones colectivas como es el caso de las rondas.
Un ejemplo lo tenemos en que el violín, instrumento principal
se toca de forma semejante a como se haría con un rabel. Éste se mantiene
como instrumento de Ocio en ambientes familiares y reducidos. Aunque ya
en muchos lugares va desapareciendo.
El verdadero declive del Rabel comienza hacia la mitad del siglo XX, La
industrialización, el éxodo a las ciudades, la radio y la televisión,
todo ello unido a un sentimiento generalizado de desprecio hacia lo ‘de
pueblo’ hace que se vaya olvidando muchas de nuestras tradiciones e instrumentos,
llegando a desaparecer en la mayoría de los sitios donde se tocaba al
morir los últimos tañedores. Por suerte aún quedaron algunos músicos y
a partir de los años 70 los viejos rabeles olvidados en las cuadras empezaron
a ser recuperados por nuevas generaciones y a construirse nuevos ejemplares.
Pervivencia
del Rabel en la Península Ibérica .-
Seguramente que el Rabel no hace muchos siglos era conocido e interpretado
en todos, o casi todos los lugares e la Península, sin embargo en la actualidad
sólo se ha mantenido, a veces a duras penas, en algunas zonas muy localizadas.
Quizás
sea la zona sur de Cantabria y Norte de Palencia el lugar en donde
más rabeles y rabelistas han llegado hasta nuestos días, gracias a lo
cual se puede considerar el instrumento como salvado por nuevas generaciones
que han aprendido de sus mayores. Se distinguen dos comarcas: Campoo
y Polaciones. Muchos y muy buenos rabelistas han dado éstos valles
en tiempos recientes y lo más curioso e interesante desde un punto de
vista etnográfico es que mientras que en Campoo se toca horizontalmente,
en Polaciones se hace de forma vertical sobre las piernas, según
los dos modelos que hemos comentado. En Polaciones se conservaban
los rabeles más sencillos, abombados con de tapa de piel, mientras que
en Campoo predomina la tapa de madera u hojalata y los rabeles
en forma de ocho y caja plana.
Otro
núcleo de interés que conserva rabeles es la zona de los montes de Gredos,
en sus tres vertientes, Toledo, Avila y Cáceres, numerosos pueblos
conservan rabeles, y algún rabelista y constructor, predomina la forma
de 'media botella' con tapa de piel u hojalata, algunos son mas
elaborados con dos cuerpos cóncavos. Algo mas alejado, aunque dentro del
área referido la zona de Oropesa y Lagartera de Toledo ha conservado
también rabeles y rabelistas. En esta zona el rabel se toca sobre el pecho.
La
sierra de la Demanda, entre la Rioja, Burgos y Soria, se han
encontrado rabeles y rabelistas recientes y esta en proceso de recuperación,
los modelos son sencillos de un solo cuerpo y tapa de piel u hojalata,
se tocan también horizontal
En Asturias, en el concejo de Caso, conserva unos rabeles
muy elaborados con tapa de piel y exquisitamente tallados, de tres cuerdas
y que se tocan sentados sobre las piernas. Lo que más llama la atención
es que están mucho más trabajados que otros del mismo género, fabricados
por artesanos muy hábiles. Una gran tapa de resonancia de piel le confiere
una gran sonoridad. En la zona costera se han encontrado referencias al
uso del instrumento y algún ejemplar, aunque su forma y hechura, mas rústica
con tapa de hojalata y dos cuerdas, difiere de los anteriores.
De
la montaña de León proceden varios ejemplares de rabel, de distintas
formas, debió de existir una gran variedad hasta no hace mucho tiempo.
El rabel en Porto de Sanabria, (Zamora) se toca de forma horizontal,
muy sencillo y gran caja cuadrada u cóncava y tapa de piel, cuerdas de
crin de caballo, lo que le da un sonido profundo y grave. Por último comentar
el caso del rabel aparecido en Ruguilla (Guadalajara), que es mas
un violín rústico, parece ser un caso aislado.
Existen modelos de Rabel, y así llamados, en Chile y Argentina,
de tapas de madera de origen evidentemente Ibérico que poseen puente-alma,
es decir, un puente una de cuyas patas se apoya en la tapa superior, y
la otra, mas larga, en la tapa inferior transmitiendo pues el sonido en
ambos lados, haciendo que ambas vibren por transmisión directa y no por
simple resonancia. Es por supuesto un instrumento evolucionado tiene mas
que ver con una popularización de los instrumentos cultos.
Hay referencias de rabeles en otros lugares pero faltan los trabajos de
investigación serios que los confirmen y cataloguen, Seguramente si buscamos
encontraremos muchos mas rabeles en lugares que ni nos imaginamos.
Construcción
y materiales
Refiriéndonos
ya al rabel pastoril que conocemos hoy, en la mayoría de los casos, era
el propio rabelista el constructor de su instrumento Las herramientas
eran sencillas, hacha, navaja, lezna.......las que normalmente usaba en
su vida cotidiana. Por supuesto, en éste trabajo influía mucho las habilidades
y medios de cada cual, por lo que había y aún hay constructores que destacaban
sobre otros. Muchos rabeles pasaban de padres a hijos y en ocasiones
alguien especialmente hábil los fabricaba por encargo de otros instrumentistas,
pero no de forma profesional
Con algunas excepciones la materia básica para la fabricación de los rabeles
es la madera, que se emplea para fabricar la caja de resonancia
clavijas arco puente y tapas. Los rabeles más primitivos son de una sola
pieza de madera caja y mástil, la caja de resonancia ahuecada y tallada
sobre la misma pieza, aunque existen muchos casos de varias piezas e incluso
con dos tapas. La madera empleada, como es natural se elige entre las
habituales de la zona, en general no muy duras el pino o su raíz es muy
utilizado, el arce, el aliso, el sauco o fresno, que por su veteado, son
además fáciles de trabajar y ligeras de transportar.En ocasiones se emplean
maderas mas duras, cerezo o roble, en especial para casos con tapas u
hojalata, ya que en estos casos son éstas las que más contribuyen a la
amplificación del sonido. Para las clavijas y puente la madera debe de
ser mas dura, roble, brezo y para el arco más flexible, una vara de avellano
o sauce. Para que no se abra la madera debe de ser cortada en invierno,
es normal la savia en esa época no circula y por tanto el secado de la
madera no será tan brusco La madera se suele secar en ambientes muy húmedos,
para que sea lentamente y no abra la madera, en ocasiones bajo estiércol
o en establos. Hay
casos en que se emplean otros materiales para fabricar la caja de resonancia,
en especial objetos cóncavos o ya huecos, es una forma práctica de ahorra
trabajo. Por ejemplo y aunque es un caso del sur de Francia el arrabec
de zueco que emplea éste calzado, o media calabaza vinatera sobre la que
se tensa la piel y se añade el mástil, es caso de algún ejemplar de Toledo
o el curioso Rabel procedente de Puerto de Castilla en Avila cuya caja
es un trozo de cuerno de vaca o en la Rioja, donde se han empleado de
cráneos de animales. Estos casos suelen ser raros y responden a la inventiva
puntual de personas concretas y no de la tradición general. Son eso sí
muy curiosos y llamativos.
Las
tapas más primitivas y más fáciles de obtener y colocar, así como reponer
son las de piel seca apergaminada que al humedecerla se vuelve muy maleable
y puede tensarse sobre la caja, que al secar alcanza gran tensión. A veces
se usan pieles curtidas, que se impregna con algún tipo de cola como la
de pescado o de conejo para conferirle rijidez. La tapa de madera es
mas complicada de elaborar y requiere una cierta habilidad, por eso creo
que no se generaliza hasta que no aparecen herramientas mas sofisticadas.
La aparición de la hojalata en envases por ejemplo de aceite o arenques
a finales del siglo pasado es aprovechada por los rabelistas para confeccionar
tapas resistentes que no tendrían que cambiar a menudo como la piel ni
tan afectadas por la humedad del ambiente.
Las
cuerdas suelen ser de tripa o crin de caballo, (que no de yegua, según
la tradición, pues al estar orinadas son más frágiles), en muchos lugares
prefieren la tripa de gato. Mas modernamente se introduce las cuerdas
metálicas, de acero. Respecto a su número, en la mayoría de los casos
es de una dos o tres, pero en muchos casos las dos graves o al menos una
de ellas se usa como bordón. Por intento de
imitar a los violines a veces se añaden cuatro. Si ciertos ejemplares
poseen mas agujeros para clavijas en el clavijero me parece que responde
mas a que se han agrandando por el uso y se hacen nuevos para aprovechar
las clavijas existentes. Las crines del arco deben de ser impregnadas
en resina, o pez, para conferir la fricción adecuada, en ciertos lugares
se emplea serrín de pino, que contiene dicho producto. Otros complementos
del rabel son los cordales de cuero o un simple clavo, en algunos rabeles
de Avila se coloca una tira de cuero a lo largo del diapasón con objeto
de suavizar la dignación.
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