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Dulzaina,
en Castilla y Euzkadi, Dolçaina, en Levante, Grall, en Cataluña
o Gaita en Aragón Navarra son
algunos de los nombres con que se denomina a éste instrumento de música
tradicional conocido en gran parte de
la Península Ibérica y emblemático de algunos lugares. Pertenece
a la misma familia que los oboes, aunque más cortos que aquellos, hasta
el punto que muchos autores se refieren al instrumento como una variedad
de oboe tenor tradicional. Desde el punto de vista de clasificación organológica,
nos encontramos con un aerófono de lengüeta doble soplado directamente,
es decir que el sonido se genera por
la vibración de dos láminas, generalmente
de caña, colocadas una sobre otra (lengüeta doble) al impulsar el aire
desde la boca por un espacio abierto existente entre ambas.
Oboes cortos
de este tipo podemos encontrar además en numerosos países de Europa, como
la bombarda en Bretaña, o el pífano de ciertas regiones de Italia. Así mismo
en todo el norte de África y países subsaharianos de influencia árabe. En
numerosos puntos de Asia, desde la península arábiga hasta el Sudeste asiático,
Tíbet, China o India en donde existen ejemplares con lengüeta cuádruple,
es decir dos láminas en vez de una a cada lado.
La palabra gaita
se emplea para denominar un gran número de instrumentos de aire tradicionales,
especialmente de lengüeta, pero también de bisel cuando éstos cumplen
la misma función social que aquellos, como la
gaita charra. Existe gran controversia, en la que no entraremos aquí,
acerca del al origen de la palabra, hay quién la
relaciona con el suevo Gaits, que significa cabra, refiriéndose
a su piel, elemento utilizado en las gaitas de odre de donde se extendió
a otros instrumentos. Otros autores la relacionan con la palabra, procedente
del germano Wahta relacionada con el ingles Wait o Waiter,
que viene a significar vigía o vigilante, por la existencia en determinadas
comunidades de un personaje encargado, a modo de sereno, de velar durante
la noche vigilando cualquier imprevisto
y que mediante algún tipo de instrumento musical se encargaba de
avisar en ese caso y despertar al alba a la población. O bien de procedencia
Greco-romana Gaudeo, alegría o regocijo que produce su música o
del árabe Gayete, hinchar mejillas y ponerse colorado, aludiendo
a los tocadores que adquieren este aspecto, al tocar con la técnica de
soplo constante.
Dulzaina
o donçaina (en valenciano y catalán), parece relacionado con el nombre
dado a ciertos oboes antiguos (dulci-sono) de sonido mas grave y dulce ,
que luego se extiende a otras afinaciones. intenta ser una forma mas ‘culta’
y refinada de definir el instrumento
en contraposición con la de ‘gaita’, mas popular. en ocasiones se emplea
para diferenciar los ejemplares mas elaborados de otros rústicos, así en
Castilla a veces se llama dulzaina a las que tienen llaves y gaitas a las
que no la llevan. Quizás esté relacionada con el Dusai o Dufai
árabe.. También podemos encontrar derivaciones como vozaina o chuflaina
El nombre charambita o chalambita
deriva de caramillo (del latín calamelus, diminutivo de calamus,
caña) como en francés francés
chalumeau. Grall es exclusivamente Catalán, y otras lenguas
afines castellanizado como gralla, y bolín-goxo
es el nombre que recibe en ocasiones la dulzaina en Euzkadi. Requinto
se denomina en Castilla a una dulzaina más pequeña (probablemente una quinta
por encima de la normal) pero también se generaliza para cualquier dulzaina
sin llaves y palheta llaman en pPortugal a una dulzaina rústica,
por asimilación al nombre recibido por la lengüeta (diminutivo de pala).
MORFOLOGIA
DEL INSTRUMENTO
Las
dimensiones de la dulzaina, oscilan según su afinación, las más comunes
en Sol o Fa se encuentran entre los 30 y 35 cm. Pero existen ejemplares
mas cortos y agudos, que pueden tener desde 25. Otros
más graves pueden llegar hasta los 42cm. Por supuesto en los ejemplares
rústicos existen multitud de formas, tamaños y tonos.
La
dulzaina o gaita completa consta de tres piezas: el tronco
o dulzaina propiamente dicha, la lengüeta y el tudel .
El tronco o
tubo es de madera, aunque en ocasiones se han fabricado metálicas
(Modelo predominante en algunas zonas de Euzkal-herria) o de material
sintético(como baquelita o plástico para modelos de aprendizaje), en forma
casi cónica truncada, con una perforación longitudinal de igual forma,
que va aumentando progresivamente de grosor. Se suelen emplear maderas
duras, de la zona
en modelos tradicionales olivo, encina o boj y más modernamente,
maderas de importación de gran calidad como granadillo, ébano o palosanto...
Por lo visto, hay maderas más blandas de excelente sonoridad. En ejemplares
rústicos, se suelen emplear maderas más manejables manualmente como el
fresno o que faciliten el taladro interior como el saúco o la
higuera.
En
el tubo podemos diferenciar tres partes: La cabeza, situada en
el extremo mas estrecho, normalmente reforzado por un engrosamiento de
la madera o por una pieza metálica, ya que está destinado a albergar el
tudel, y el taladro interior de ésta parte se aumenta hasta el tamaño
de la espiga cilíndrica de aquel. La campana, situada en el
otro extremo del instrumento, se forma por un ensanchamiento, tanto
interior como exterior más brusco que el resto del instrumento. Su función
es de amplificar el sonido y suelen presentar dos o tres agujeros destinados
a ajustar la afinación, que se denominan oídos, aunque no todos
los ejemplares los tienen. Visualmente suele marcarse el límite entre
la campana y el cuerpo mediante un ensanchamiento en la madera (donçainas)
o un aro de cuerno o metal llamado
virola o encelga que además cumple la función de reforzar el instrumento
y protegerlo contra golpes y alteraciones de la madera. Con el mismo fin
se coloca una protección metálica que recubre la parte inferior de la
campana que se hace mas patente en las gaitas Navarra o aragonesa
y grallas secas. En las donçainas no suele aparecer, sustituyéndose
por ornamentos de tornería o tallas en la misma madera. El cuerpo, parte central, prácticamente troncocónica
en su exterior e interior y en su pared se realizan los agujeros melódicos,
generalmente siete u ocho, seis alineados
en la cara superior según se toca, para los que se emplean los
dedos índice corazón y anular de ambas manos, uno en la cara inferior,
que se obtura con el pulgar de la mano izquierda
situado entre los más próximos al tudel o bien por encima del último
( caso de las Navarras) que facilita la afinación de nota sensible (Fa# si la dulzaina esta en Sol).
En las gaitas Navarras, Aragonesa y
donçainas aparece un séptimo agujero, ligeramente ladeado destinado al
dedo meñique de la mano derecha, cuya funcionalidad varía según los modelos.
En Navarra se emplea para obtener el semitono bajo de la tónica, (Fa#
si es Sol, pues éste se consigue con todos los agujeros tapados menos
aquel),mientras que en la Aragonesa, donçainas y algunas dulzainas sin
llaves se usa para obtener el semitono por encima ( sol# en el mismo caso,
pues aquí la tónica se consigue con todos los agujeros tapados). En las
grallas , bolin-goxo y algunas castellanas sin llaves no aparece éste
agujero. Algunos ejemplares presentan varias virolas metálicas, de cuerno
o torneadas entre los agujeros.
El tudel es tubo, normalmente metálico, de latón o bronce en forma cónica unido
a un aro y este a su vez a un espárrago cilíndrico que se introduce el
extremo de la cabeza, está destinado a conectar la lengüeta con el resto
de la dulzaina, pero su tamaño afecta a la afinación. El espárrago suele
estar forrado de hilo o corcho para facilitar el ajuste y evitar pérdidas
de aire. La lengüeta, caña, pipa o pita consiste
en dos láminas de caña en forma mas o menos triangular que atan fuertemente
una sobre otra por la parte mas estrecha, pero dejando un orificio circular
por el que se introduce el extremo del tudel. La parte ancha de ambas
se rebaja hasta conseguir una ranura alargada en su extremo por la que
se sopla, apoyando los labios, lo que las hace vibrar produciendo el sonido.
El atado se realiza con hilo resinado o con cola, y a veces se las provee
de un alambre en la parte superior del atado, llamado freno, que permite
regular la apertura de las palas y la dureza de la caña. Esta pieza, con
el uso se deteriora por lo que debe de sustituirse por otra. Tradicionalmente
los músicos se construían sus propias cañas, ello requería una cierta
práctica pero las adaptaban a sus necesidades y gustos. En la actualidad
se compran a artesanos especialistas en su fabricación, ya en los años
30 existian fábricas en Barcelona, Bilbao y Valencia que comercializaban
excelentes cañas para todo tipo de dulzainas.
En
algunos casos de dulzainas antiguas y en las gaitas navarras actuales
nos encontramos con un aro metálico o de madera, que se introduce sobre
la lengüeta hasta el atado y está unida a la campana mediante una fina
cadena, en principio no tiene ninguna funcionalidad salvo apoyar los labios,
y probablemente sean herencias del apoyalabios empleado en la técnica
de insuflacción continua, que emplea la boca como depósito de aire y aún
se emplea en ciertos instrumentos africanos y asiáticos.
Debido
a sus posibilidades acústicas y su gran potencia de sonido es un instrumento adecuado para la animación de fiestas,
danzas y bailes al aire libre, el acompañamiento de marchas nupciales
y procesionales así como cualquier actividad comunitaria con carácter
festivo que se lleve a cabo en espacios abiertos, lo que la ha convertido
en un instrumento imprescindible de la vida social de la Comunidad, tan
sólo desplazado por otros instrumentos con semejante funcionalidad como
la Gaita de fuelle, en el noroeste peninsular y otras regiones o el requinto (pequeño clarinete moderno) en Cantabria. Ello ha
llevado a la aparición de una serie de músicos
‘profesionales’ que eran contratados para dichos eventos, por ayuntamientos
o particulares. No era ésta su única actividad, pues la remuneración era
escasa, a veces sólo la comida y la bebida, ni siquiera solía ser la principal, los dulzaineros
solían ser agricultores, sastres o carpinteros que por una especial afición
y generalmente tradición familiar se dedicaban al instrumento, generalmente
acompañados por una caja redoblante
(tambor estrecho) y a veces por
otra dulzaina o un bombo. Muchos de estos grupos, formados por amigos
o familiares próximos, a veces la mujer y los hijos, se transformaron con la llegada de la ‘modernidad’ en orquestinas
de baile que sustituían las dulzainas y cajas por clarinetes, saxofones
y pequeñas baterías, pero generalmente no olvidaban el instrumento original.
La vida de éstos música estaba
repleta de anécdotas y aventuras
y desventuras que merecen un tratamiento aparte.
Al poseer ciertos
conocimientos musicales, algunos incluso de solfeo, y sobre todo una gran
intuición musical, los dulzaineros se hacen más exigente con la calidad
de los instrumentos, por lo que aparece la figura del artesano especialista
en construcción de dulzainas, que vendía el instrumento a los músicos,
en muchos casos él mismo era músico. Ello que llevó a un continuo perfeccionamiento
y estandarización. Se buscan afinaciones precisas se mejora la calidad
introduciendo innovaciones, a veces inspiradas en instrumentos clásicos, adaptándolo a las necesidades de cada zona.
Es el caso de la Gaita
Navarra, parece que Julián
Romano Ugarte, constructor, gaitero e incluso compositor de la localidad
de Estella introdujo o al menos fijó importantes modificaciones para dotarla
de un mayor volumen sonoro al aumentar el tamaño del tubo interior y reducir
el grosor de las paredes. Adoptó así mismo una lengüeta inspirada en la
del Fagot. En la que la caña eta fijada fuertemente al tudel y que consigue
un alto rendimiento entre el esfuerzo del músico y el volumen sonoro,
con ello se consigue aumentar la potencia del instrumento y su riqueza
tímbrica, sin embargo pierde variedad en la articulación y capacidad dinámica,
por lo que su repertorio se basa en los dúos.
A
mediados del siglo XIX, algunos fabricantes
comienzan a añadir llaves a las dulzainas, Estas son unos sistemas mecánicos
que permiten manipular ciertos agujeros destinados a ampliar la escala
o conseguir las alteraciones de las notas de forma más perfecta que mediante
posiciones de digitación. Suele consistir en una palanca, con sistema
de retorno que activa una zapata para cerrar o abrir agujeros no accesibles
por los dedos o de forma más cómoda que con aquellos. Inicialmente, estas
llaves se importaban o adquirían a parte para añadirlas al instrumento,
mas adelante las fabricaban los propios constructores. El caso se hace
mas patente en las llamadas grallas dulces (de tubo mas estrecho que la
tradicional, gralla seca, por lo que produce un sonido mas dulce y suave) y sobre todo en la moderna dulzaina Castellana. El aspecto actual
de éste instrumento se debe al constructor vallisoletano Angel Velasco,
que a finales del siglo XIX configuró
la actual forma del instrumento, acortando la campana, alargando
el tronco y añadiéndole hasta 8 llaves para conseguir ampliar la escala
y un cromatismo casi perfecto. Fabricantes posteriores, como Bruno
Ontoria llegaron a incluir hasta 12 llaves y a veces a imitar el sistema
Bohem de aros sobre los agujeros propios de clarinetes y oboes
de concierto. Incluso se llegó a importar oboes de Bismark, instrumento
semejante en tamaño y afinación , al que se modificaba para utilizarlo
como dulzaina ampliando el orificio de la campana y añadiendo el agujero
inferior.
La Donçaina
de Levante, cuyo tubo es totalmente de madera, no suele poseer virolas
ni protecciones metálicas, pero si pueden presentar adornos de tornería
en los lugares correspondientes. Fue un modelo muy empleado, no sólo en
la zona de origen, ya que debido a la gran producción y calidad y probablemente
menor precio, surtió a numerosas regiones, Aragón, Castilla, La Mancha
e incluso Cantabria, en los momentos en los que la producción local decaía
por cualquier causa.
A pesar de ello, existe también la dulzaina
como instrumento rústico son modelos musicalmente más imperfectos, con
dimensiones y afinación muy variadas Fabricados y empleados por pastores
y músicos no profesionales. Es
el caso caso de las dulzainas de boyero, que se encuentran Salamanca, mas estrechas y alargadas con seis
o siete agujeros y generalmente decoradas con grabados. El tudel se fabrica
con la caña de una pluma y las lengüetas son de asta bovina,
tienen un sonido muy peculiar. Otro ejemplo es la chambela, instrumento
pequeño tocado en la zona de Pirineos occidentales que prácticamente carece
de campana, o las Palhetas portugesas.
ALGO
DE HISTORIA
En opinión de algunos
expertos, las diferentes variedades
de oboes cortos y de gran potencia sonora empleados como instrumentos
populares aparecen tardíamente, no antes de la segunda mitad del s. XVIII.
En muchos lugares hasta mediados del XIX no consigue desplazar otros instrumentos
mas arraigados como la flauta de tres agujeros No existen datos concretos
sobre su uso anterior en la música del pueblo llano. Si es cierto que
numerosos instrumentos de la familia del oboe se empleaban en los ambientes
cortesanos y a muchos de ellos se les cita como dulzainas, pero no siempre
se refieren al instrumento al que nos referimos, Es el caso de la cita
sobre el inventario organológico de Felipe II que se refiere a
“ una dulzaina a manera de callado”, lo que claramente se refiere
a un cromorno.
Si su origen es árabe
o centroeuropeo no creo que presente polémica, pues en ambos lados han
existido y existen instrumentos de lengüeta doble, y el continuo intercambio
cultural de la península Ibérica con ambos lados posibilitó la mezcla
y fusión de elementos semejantes.
Instrumentos
aerófonos de lengüeta doble existen
en la zona Mediterráneas desde
civilizaciones tan antiguas como Sumeria y Babilonia (raro por
otra parte pues son escasas las referencias a cualquier instrumento de
viento), citas, grabados e incluso un par de tubos de plata con cuatro
agujeros se encontró en las excavaciones del cementerio de Ur, que aunque
no conservaban la lengüeta, se asemejan a los de civilizaciones mejor
conocidas. Curt Sachs, por comparaciones fonológicas y etimológicas
deduce que los oboes aparecen en Mesopotamia. En la antigüedad, siempre
se representan los oboes tocados de dos en dos y situados en ángulo, como
instrumento ‘culto’ , pero es de suponer que se pudiera emplear también
de forma individual. En Egipto algunos oboes se fabricaban
con cañas delgadas de unos 30 cm de largo, y uno de ellos emitía una nota
pedal (aunque podía ser variada) mas grave mientras que el
otro interpretaba la melodía. Poseían tres y cuatro agujeros respectivamente.
Varios ejemplares han llegado
hasta nosotros y has sido objeto de numerosos estudios. También encontramos oboes en Israel, incluso
se hace mención a ellos en la Biblia y comentarios Talmúdicos, empleados
además en música ritual. Se refieren a ellos como ‘tubos’ pero por descripciones
y sonoridad podemos deducir que se trata de lengüetas dobles. En los últimos
tiempos, el tubo cilíndrico se reemplaza por uno cónico. En monedas judías
acuñadas sobre los años 132-135 aparecen instrumentos en los que se distingue
la lengüeta y un apoyalabios. Y es de suponer que se sustituye la caña
por madera. Grecia y Roma emplean el instrumento doble con gran
profusión, aulos o tibia (ambos tubo). Poseían una gran variedad morfológica
y musical. A veces, por su forma ya cónica, que
probablemente aumentó el volumen sonoro y la dureza del instrumento,
era necesario colocarse una correa de cuero o carrillera que pasa sobre
la boca y se ata en la parte trasera de la cabeza. Otras veces no aparecía
y se ensalzaba su dulce sonido. En los tubos frigios, el más largo
era curvo y terminaba en campana y los orificios estaban situados en diferente
posición que el corto. Los tubos lidios eran ambos idénticos. Tal
fue el explendor de los oboes dobles que se celebraban concursos de interpretación
.
Desconocemos
cual fue la evolución en siglos posteriores, pero en el s. XIII Alfonso X en sus Cantigas vuelve a hablar de
Chirimías y dulzainas en manos de Juglares, y en 1391, el rey de Aragón
ensalza como mejores a los instrumentistas Germanos, algunos de los cuales
se desplazaron a las Cortes peninsulares. Debieron existir, en fin, numerosos
tipos de oboes, pues son muchas las referencias a tañedores de caramillo
o charamela (Chirimía)refiriéndose probablemente a diversos tipos de instrumentos
de doble lengüeta.
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