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Cuando
hablamos de Instrumentos de música tradicional, buscamos su origen en
tiempos remotos y en la mayoría de los casos no lo encontramos de forma
clara. Sin embargo hay instrumentos cuyo origen es relativamente moderno
y casi perfectamente conocido. Es el caso del acordeón, que inventado
a principios del siglo XIX evoluciona de forma rapidísima y es incorporado
a gran velocidad para la interpretación de la música tradicional de casi
todos los lugares de Europa, América y parte de Asia.
El
acordeón, se basa en un sistema de lengüetas de las llamadas libres, consistentes
en una lámina metálica colocada sobre un orificio de igual forma rectangular
colocado sobre un orificio de igual forma pero ligeramente mayor y fija
por uno de sus extremos, de forma que al pasar el aire puede vibrar libremente
en ambos sentidos de la oscilación, a diferencia de la lengüeta simple
que sólo vibra libremente en un sentido, en el otro topa con el soporte.
Además
el aire es impelido mediante un fuelle, por lo que podemos clasificar
el instrumento como un Aerófono de lengüeta libre y soplo indirecto.
La
Historia del acordeón es corta pero muy rápida e intensa, de tal suerte
que quien registró el invento como acordión en 1829, el Austríaco Demian
Cyrill, debe abandonar sus derechos sobre el invento en 1835 dado
los notables avances a los que había sido sometido.
Parece
que el origen europeo de los instrumentos de lengüeta libre está en los
Organos soplados Orientales, que se había extendido por Rusia en el siglo
XVIII, aunque no como instrumento popular. Estos instrumentos consisten
en una serie de tubos dotados de lengüetas y unidos a un depósito que
sirve de compartimento y distribución del aire. Éste se llena soplando
y mediante un sencillo pero curioso principio físico : la compensación
de presiones, se hacen sonar los tubos tapando un agujero convenientemente
realizado en él. El invento se atribuye (por supuesto con reservas) al
emperador Chino Nyu-Kwa, 3000 años antes de Cristo, aunque la sustitución
de lengüetas de caña por metálicas es algo posterior. Los órganos soplados
son extraordinariamente populares en Oriente a todas los niveles de la
cultura, desde la música tradicional a la culta y cortesana.
Basándose
en la lengüeta simple, numerosos inventores o ‘Mecánicos’, elaboraron
diferentes elementos. Desde el Parisino Pinsonnat, que inventó el Typófono,
semejante a los actuales diapasones que daba una sola nota fija (una
ventaja de esta lengüeta es que su afinación es muy estable), Eschembach,
que unió varias. En 1810 aparecen diferentes órganos soplados Occidentales,
y Buschman, en Berlín, fabrica en 1821 la Mundarmónika, de la que deriva
la conocida armónica, colocando una serie de lengüetas en fila cada una
de las cuales produce una nota distinta. Su hijo, al incorporar un pequeño
fuelle crea la andaolina. Así aparecen diversos inventos, como un tipo
de melódica debida a el inglés Weaston, pero fue Cyrill quien se hizo
con la patente, construyendo un instrumento dotado de un fuelle y cinco
botones, cada uno de los cuales, al ser pulsado producía dos acordes,
uno al abrir y otro diferente al cerrar el fuelle. Estos 10 acordes bastaban
para acompañar numerosas canciones, siendo muy sencillo su uso y aprendizaje
en la música popular, sobre todo cuando en 1831 Isoard Mathieu
reemplaza los acordes de cada botón por dos notas individuales que se
producían una al abrir y otra al cerrar el fuelle, es así dotado de dos
escalas diatónicas ( es decir sin semitonos) lo que da lugar al Acordeón
diatónico. En 1834 Foulón , añade las alteraciones creando el primer
acordeón cromático. Cabe indicar que el primer acordeón fabricado en España
data de 1841, por el artesano Juan Moreno, por lo que cabe pensar
que su entrada en España fue muy prematura.
Pero
la evolución del Instrumento continúa y en 1854 Malhaús Bauer fabrica
el acordeón piano, sustituyendo los botones por teclas, llamado piano
del pobre, Y en torno a 1880 se le añade un segundo teclado, en la parte
derecha, compuesto por cuatro botones que permitían dar dos acordes cada
uno como acompañamiento a la melodía. Así se constituye el acordeón diatónica,
que ha llegado hasta hoy en la tradición musical de casi todos nuestros
pueblos.
Paralelamente,
en 1829, Wheaston fabrica la concertina, como evolución de sus armónicas,
instrumento barato, pequeño y hexagonal, cromático, pero sus bajos sólo
dan una nota, por lo que hay que construir acordes, al igual que el Bandoneón,
del alemán H.Band de 1850, algo mayor que la concertina, también cromático.
Que aunque muy populares en ciertos lugares (se adopta como instrumento
básico en la interpretación del Tango argentino y Uruguayo) no alcanza
la extensión y popularidad del acordeón diatónico.
Nuevas
modificaciones técnicas como poner dos lengüetas iguales en cada nota
de forma que de la misma nota al abrir y al cerrar el fuelle ponen la
base de los modernos acordeones de concierto, ya por supuesto, cromáticos
y con muchas posibilidades musicales, pero quizás por que ya se encuentran
en una época de declive del instrumento no consiguen sustituir al diátonico,
y continua su evolución dentro de la música mas ‘culta’ hasta los complejos
acordeones que en la actualidad se fabrican.
El
acordeón diatónico alcanza su mayor popularidad en un momento de importantes
cambios en la música del pueblo, se produce una ‘modernización’, nuevos
estilos musicales, en los que abunda el baile ‘agarrao’ se incorporan
a los repertorios tradicionales e incluso los sustituyen en gran medida,
se sustituyen los instrumentos tradicionales, dulzainas, gaitas, etc.
por otros más ‘modernos’ clarinetes, saxofones, de hecho muchos músicos
se ‘reciclan’ y forman orquestinas que amenizan las fiestas populares.
El acordeón forma parte de ellas. Posee muchas ventajas respecto a otros
Instrumentos: Su afinación es bastante estable, permite a un solo músico
llevar melodía y acompañamiento y cantar si es preciso, no requiere grandes
esfuerzos físicos y es relativamente sencillo de tocar (de una forma básica,
se entiende), además todos los delicados órganos sonoros están protegidos
en el interior por lo que es un instrumento ideal para viajar y sobre
todo en las duras condiciones de antaño. Pero a pesar de su éxito entre
las clases populares y medias bajas fue un Instrumento despreciado por
los músicos de academia y los intelectuales, una prueba es lo que Felipe
Pedrell, eminente musicólogo, dice de él en su ‘Diccionario técnico
de la música’
Publicado
en 1894, en el que tras describirlo añade: “Por
ésta descripción se comprenderá que el instrumento de que se trata no pasa
de ser un juguete que el abuso ha convertido en incómodo”
Nada mas lejos
de la realidad.
Coincide
también con una época de Romanticismo y Nacionalismo, en el que son ensalzados
los valores y elementos tradicionales(en otros momentos también despreciados)
y las ‘modernidades’
son vistas con recelo. Además la estricta moralidad de la época, al menos
a nivel oficial, considera a los bailes "agarraos" como una
actividad condenable y pecaminosa. Hubo grandes campañas por parte de
la Iglesia y los sectores mas conservadores contra ellos (recordemos que
con anterioridad se había acusado igualmente a otros bailes como la zarabanda
o el fandango por los lascivos movimientos de los bailarines, la mente
de nuestros moralistas siempre fue un tanto calenturienta). Y al acordeón,
como su acompañamiento se le tildó de maldito e infernal, propio de ambientes
corruptos y tabernarios. Y en esto no iban muy desencaminados pues no
era difícil encontrar acordeones en las tabernas de las inminentes ciudades
y puertos de mar. Se le llegó a llamar ‘Fuelle del Infierno’ ( Inpernuko
auspoa en Euzkera) pues “ Empuja a nuestras jóvenes a caer en los brazos
del hombre”.
A
pesar de todo, y a lo mejor gracias a ello, debido a las corrientes anticlericales
y antiburgesas que circulaban en la época por los ambientes populares,
el acordeón, en especial el modelo diatónico, se mantuvo y se potenció
durante la primera mitad del siglo XX, llegando hasta nuestros días como
parte integrante de nuestra música, ya tradicional. Se tocaba sólo, en
orquestinas o en curiosas asociaciones con otros instrumentos de percusión
como la formación llamada ‘Triki-Trixa’, conjunto de acordeón diatónico
y pandereta y propio de la zona Vasco-Navarra. Lo que en principio pude
sor una unión espontanea y puntual se convirtió en estructura fija, que,
en el caso de ‘profesionales’ normalmente estaba compuesta por el Hombre
al acordeón y su esposa o hija a la pandereta. Hoy en día por supuesto,
esto no se mantiene tan a rajatabla y es normal ver a hombres tocando
pandereta y mujeres el acordeón (aunque el tema del uso tradicional de
instrumentos por sexos es muy amplio e interesante, pero objeto de otro
artículo).
El
mecanismo básico de funcionamiento de éste instrumento, es sencillo, aunque
puede complicarse cada vez mas en función del número de posibilidades
de las que se que se le quiera dotar. Como ya indicamos cada nota la produce
una lengüeta metálica, de acero sujeta a un bastidor de hierro o latón.
En muchas ocasiones se fijan en la misma pieza metálica, una a un lado
y otra al otro, las dos lengüetas correspondientes al mismo orificio,
que sonarán al abrir y cerrar el fuelle respectivamente que se diferencian
normalmente en un intervalo de quinta. Cuanto mayor sea la lengüeta más
grave será el sonido producido. Éstas se colocan en serie sobre unas piezas
de madera alargada y piramidal, normalmente desmontable formando la a
veces llamada ‘armónica’, se sujetan con pequeños clavos y se sellan con
cera virgen, generalmente hay una armónica por cada fila de teclas y se
colocan sobre la caja de madera de la parte izquierda (según se toca),
por la parte interior del fuelle, haciéndolas coincidir con los agujeros
correspondientes que por el otro lado obturan unas zapatas de madera planas,
forradas con fieltro, para que no haya pérdidas. Estas zapatas se levantan
mediante un resorte de alambre unido al botón o la tecla y dotado de un
muellecito para la vuelta. Había de uno, dos tres o más filas de teclas,
y el mecanismo se cubría con una tapa de madera perforada para permitir
la salida del sonido dejando sólo a la vista el teclado. A veces poseían
cambios, es decir dos o tres ‘tiradores’ con los que se desplazaban unas
láminas de madera que abrían los orificios y cerraban otros, así con el
mismo teclado se podía tocar en diferentes tonos o registros.
En
la caja de la Izquierda se colocan los bajos, normalmente directamente
sobre la caja, y no son desmontables en conjunto, son lengüetas grandes
que y se fijan varios sobre cada orificio de teclado, de forma que producen
los acordes de acompañamiento. En ésta caja se suele colocar también un
resorte que abre un orificio sin lengüeta, para cuando se requiera un
movimiento del fuelle sin sonido.
Ambas
cajas se unen mediante el fuelle, que debe de estar perfectamente calibrado
para enviar la suficiente presión de aire a las lengüetas. Se fabrica
mediante tiras de cartón o madera fina, forradas con tela o piel plegada
de una manera peculiar. Los picos están protegidos por piezas angulares
metálicas. De la calidad del fuelle depende en gran medida la duración
del instrumento pues es la pieza mas frágil y la que normalmente se estropea
con el uso, pero también tiene fácil arreglo.
La
popularidad del acordeón diatónico hizo que hubiera diversas fábricas
en España, en concreto se fabricaban en Madrid, Valencia, Bilbao, San
Sebastian, Barcelona, Galicia y diversos artesanos en otros lugares de
la península, sin embargo la demanda era tan grande que se importaron
un gran número de instrumentos, especialmente de Italia, que aún hoy es
el principal fabricante, pero también de Alemania, Francia o Bélgica por
citar algunos.
Como
siempre sucede, a lo largo de la segunda mitad del siglo XX el instrumento
cae en desuso, desaparece o se sustituye por su ‘hermano mayor’ de concierto,
ya muy perfeccionado (y caro), los grupos folclóricos prefieren nuevamente
los instrumentos más ‘tradicionales’ y su existencia se reduce a apariciones
esporádicas en manos de viejos acordeonistas que recuerdan tiempos de
gloria. Con una importante excepción: Euzkadi, en donde se conserva vivo
gracias a los Triki-trixa y su gran afición por el acordeón. Aparecen
nuevas generaciones de acordeonistas que lo mantienen y acrecientan y
hoy es instrumento obligado en la mayoría de sus grupos de música tradicional.
Hemos de citar por poner ejemplos notables, al grupo Oskorri, el dúo Tapia
eta Leturia y el cada a vez más exitoso Kepa Junkera.
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